viernes, 19 de mayo de 2017

#85 - Fue y sigue siendo, hermoso y vertiginoso, desafiar todo para seguir en este camino

María Gracia Geranio
Castelar, provincia de Buenos Aires.



¿Qué te acercó a la música?
Sin dudas lo primero que me acercó, como debe sucederle a todos los seres en este mundo, es el placer de escucharla. Es instintivo, lo veo en mi nenes desde sus primeros días de vida, la música te conmueve instantáneamente, te hace mover el cuerpo, sonreír, imaginar… Mi fascinación por la música fue creciendo y nutriéndose de los más diversos estilos que se escuchaban en casa: canzonetas, tangos, boleros, rock, ópera, pop, trip-hop… Soy la más chica de 4 hermanas, y todos fuimos siempre muy fanáticos y consumidores de la música. Mi viejo también se la pasaba tocando el piano, y era músico. Naturalmente todo eso provocó en mí el deseo de crearla.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
En la adolescencia, bastante influenciada por el espíritu teen de Nirvana decidí que quería arrancar a estudiar algún instrumento. Anhelaba mucho la posibilidad de poder crear y jugar con eso que tanto me encantaba. La batería me pareció que era un bodrio, pesada y difícil de transportar… y decidí empezar con guitarra para poder transportarla más fácil y quizás acompañarme cantando. Duré muy poco estudiando por una cuestión de poca química con el profesor, pero insistí mucho en conseguir acordes de canciones y tocar y tocar y tocar por años (en mi cuarto por supuesto). Así pasé también mucho tiempo incentivando el placer que me daba cantar. Me grababa con el grabador básico de windows, experimentando, imitando voces que me gustaban, grabando sobre pistas o directamente sobre los temas de bossa nova o rock que me gustaban. Cualquier limitación técnica era derribada por mis ganas de cantar. Me acuerdo que en esa época escribí en un cuadernito “solo quiero cantar todos los días”. De ahí a animarme a cantar en una banda pasó tiempo y muchos enrosques y vergüenza que logré desvanecer.

 ¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Creo que las metodologías van cambiando según el momento de la vida en que una esté y la curiosidad con la que una se proponga sumergirse en el proceso creativo. Mis primeras canciones fueron solo con una guitarra en mano y casi accidentales, la intención era muy inconsciente, y funcionaban para volcar muchas de las cosas que sentía en mis confusos “veinti…” Ahora, que mi vida es bastante distinta y soy mamá, me agendo horas pautadas en el estudio para sentarme sola y tranquila a trabajar sobre ideas que están dando vueltas en mi cabeza, con la intención de crear música que me guste e ir sumando al mismo tiempo arreglos con sintetizadores, ritmos, y efectos en la guitarra y la voz. Este proceso me encuentra más comprometida con la intención que motoriza el hecho de sentarme a crear esta música que me propongo hacer. Más alineada con las decisiones que me llevan a hacer música.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Siempre fue y sigue siendo el del ritual de compartir esa música en vivo con otros. Pueden ser 5 personas, que la energía que se mueve es indescriptible y me da mucha felicidad. Ahora también estoy encontrando mucho placer en los momentos más primitivos donde va surgiendo cada canción, donde aparece algo y plop!, termina moldeándose hasta ser una canción. Ese misterio previo y la aparición de la música siempre me atrapa una y otra vez.

¿De qué hablan tus canciones?
De existir en este mundo, siento que en las canciones voy volcando pensamientos que me dan vueltas sin cesar, voy intentando llegar a respuestas sobre lo que siento al estar en esta vida, en las decisiones tomadas, los deseos, las frustraciones, en lo que veo que sucede a mi alrededor y me afecta, y en resaltar cosas increíbles de este mundo.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Que sean escuchadas por personas a quienes pueda de algún modo hacer sentir, preguntarse, disfrutar, inspirar a que se animen a hacer aquello que sientan ganas de hacer, romper etiquetas, mandamientos. Haciendo música me siento más libre, y deseo poder sumar a que todos puedan sentirse encaminados en esa búsqueda de libertad.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Cuando no soporté más el pálpito que cada fin de año me decía “y?.... qué vas a hacer con esto?”. Estaba como cantante en una banda que me parecía increíble pero me hacía mucho ruido cantar esas letras que no sentía propias, ya no me daba lo mismo interpretar cualquier cosa. Paralelamente empezaron a surgir mis primeras canciones y algunos amigos me pedían con entusiasmo que se las cante seguido, y noté que realmente las disfrutaban. Ahí me di cuenta que si no me hacía cargo de mi deseo y de la evidencia de que ahí había algo especial… me iba a arrepentir toda mi vida. Tenía veintipico, no había estudiado formalmente música, y estaba por tener mi primer hijo. Fue y sigue siendo, hermoso y vertiginoso, desafiar todo para seguir en este camino.

¿Cómo ves la escena musical?
La escena musical está permanentemente creciendo, los músicos de “ahora” creo que estamos entendiendo que armamos entre todos una gran red de intercambio y colaboración, en la que conviene, y es mucho más feliz, abrir el juego que desgastar energías compitiendo. Y eso no se limita solamente a músicos, sino todas las personas que son parte del circuito cultural. Entre todos la movida crece, y se va superando a si misma.
En los últimos años yo estreché lazos con muchxs músicxs, armamos proyectos, nos ayudamos en todo sentido, compartimos experiencias, y eso nos hace más fuertes a la hora de seguir construyendo nuestro propio camino. Naturalmente también me hice muchas amigas gracias a esto y, siento que en este camino “solista”, ellas son mi sostén en muchos sentidos. 
La industria musical “mainstream” sigue siendo un misterio para mí, no la entiendo ni la habito, está viviendo una gran mutación o crisis, y si bien por momentos la ambición profesional te seduce a ser parte de eso, me siento muy feliz de ser libre haciendo la música que elijo, con mis tiempos, y sin la presión de que la música me mantenga. A mi me haría muy mal ponerle esa carga, funciono terriblemente mal bajo presión. Disfruto mucho ser una outsider por ahora. Y el “under” explota de talento y personas con muchas pilas y buena onda.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentada?
Me siento muy emparentada con amigas que hice gracias al proyecto que tenemos en común SNTS (Solistas no tan solas): Ro Rapoport, Alejandra Estepa (Anamoli), Clara Besfamille, Micaela Hourbeigt. También con Florencia Ruiz a quien admiro muchísimo, con Paula Maffia, Nicolás Rallis, Karina Vismara, y la movida más folk de la ciudad. Al mismo tiempo siento que mi música no logro emparentarla con nadie, será porque la siento en permanente estado de mutación y me niego a encasillarme.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
La ciudad de Buenos Aires tiene de todo y para todos los gustos, imagino que cada músico sentirá que es parte de un “under” distinto. El under en el que me muevo y conozco yo tiene que ver con la movida folk, la canción popular, lxs cantautorxs... En mi caso estoy muy vinculada con las mujeres artistas, por diferentes movidas y proyectos en los que participé estos años. Nos reúnen las ganas de reivindicar nuestro rol o lugar dentro de la música (y fuera también) y derribar la fama de que no podemos hacer cosas juntas. Sobre todo, naturalizar nuestro lugar en la música sin que llame la atención el hecho de ser mujeres reunidas para “algo”.

¿Un disco?
Es imposible elegir UN disco, pero un clásico en mi biblioteca es “Ese impulso superior” de Florencia Ruiz y Ariel Minimal.

¿Una canción?
Si un disco es difícil, imposible elegir una canción.
De estos últimos tiempos: “Córcega” de Paula Maffia.

¿Una frase?
“Insista en construir – desde el – amor” de Prensa La Libertad.

¿Un espacio?
Donde sea que estén Fede, Salvito y Vicente, mi familia. Si hay sol y mate, mejor.

¿Con quién continuamos?
La cautivante y aplanadora del folk Karina Vismara.


LA MÚSICA POR SU CANCIÓN: "CANCIÓN PARA VOS"

miércoles, 3 de mayo de 2017

#84 - Hay algo ahí que me atrapa hasta el día de hoy

Natalia Ponso
Nacida en San Luis, crecida en Rio Grande, Tierra del Fuego.



¿Qué te acercó a la música?
 La danza fundamentalmente.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Un día agarré la guitarra y aprendí a tocar componiendo. En un principio cantaba en inglés, de a poco empecé a escribir en castellano y me cebé bastante. Mi abuelo era escritor y  mamé mucho la escritura, sobre todo la poesía. Por eso hay algo ahí que me atrapa hasta el día de hoy. Hay una canción que se llama “Enero”, que vendría a ser la precuela de “Septiembre”.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Honestamente, no.  Muchas veces aparece una melodía y le pongo guitarra y esa melodía me lleva a algún lugar o situación. Otras veces juego con los acordes y la melodía aparece después junto con la letra. Muy rara vez, es cuando primero me aparece la letra, como por ejemplo en “Colisión”. Eso sí, si estoy trabada no fuerzo nada. Me gusta tomarme mi tiempo. Creo que las canciones necesitan cocinarse a fuego lento.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
El momento orgánico en que agarrás la guitarra y simplemente aparece una canción.

¿De qué hablan tus canciones?
El monstruo en su mayoría contiene canciones de desamor, destinadas a la misma persona. Ahora estoy componiendo canciones creo que un poco más “adultas”, en el sentido de ya no mirarme el ombligo, sino empezar a mirar el entorno, la historia de los lugares en donde me crié y viví, los animales, el planeta tierra. Las canciones de ahora son un poco más objetivas, creo yo.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
No creo esperar nada. Simplemente las hago y las suelto al mundo.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Empecé mi camino solista al mismo tiempo que mi camino musical. Tenía un par de canciones, las grabé y nació El monstruo. Nunca pensé que lo que en principio fue “un mensaje”  se transformara en algo positivo, y que por supuesto me transformara a mí. Desde ahí vi en la música una veta que podía explotar.

¿Cómo ves la escena musical?
Dispersa, plural y heterogénea.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentada?
Con todos, en realidad.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Ni a palos, ninguna que haya observado.

¿Un disco?
Refugio, Un Planeta.

¿Una canción?
“Una ola”, Pérez.

¿Una frase?
“Ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado”.

¿Un espacio?
La huerta de mi viejo (El Volcán, San Luis).

¿Con quién continuamos?
Marigrá Geranio →


LA MÚSICA POR SU CANCIÓN: “COLISIÓN”