miércoles, 29 de abril de 2015

#8 - Exponerme a lo que desconozco

Pol Nada
La Paz, Entre Ríos - Rosario, Santa Fe


¿Qué te acercó a la música?
Supongo que no fue una sola cosa. Creería que nací cerca.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Con mis abuelos, en una iglesia evangélica del campo en mi pueblo, a los tres o cuatro años.

¿Tenés una metodología de composición y de trabajo?
Suelo tener ideas anotadas y en algún momento tengo la sensación de que tengo que trabajar sobre alguna de ellas. De cualquier manera intento cambiar las formas de abordar mis trabajos y exponerme a lo que desconozco, siempre que pueda.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Cuando consigo crear un sonido siento que es un momento importante, pienso “bueno, acá finalmente está pasando algo que no tiene que ver conmigo”.

¿De qué hablan tus canciones?
De la conciencia y las emociones, la ciencia y el mundo espiritual, el amor, la vida y la muerte.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Que vivan un tiempo y después se mueran.

¿Cuándo empezaste tu camino solista, por qué?
En el 2004, después de probar con varias bandas, decidí que quería poder tomar todas las decisiones musicales y de gestión.

¿Cómo ves la escena musical?
En un gran momento. El mejor de la historia de la música popular.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Siento afinidad con muchos amigos por su música y otros por sus formas de trabajar, pero no identifico un entorno concreto.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
No lo creo. Está sucediendo algo con el folklore, pero no sé si va a definir una identidad, espero que no.

¿Un disco?
La nube mágica, de La Nube Mágica.

¿Una canción?
“La Niebla”, de Shaman y los hombres en llamas.

¿Una frase?
“Cocodrilos, tiburones y panteras, me acompañan juntos en mi habitación”, Antolín en “Cocodrilos, tiburones y panteras”, del disco Jóvenes y Eternos.

¿Un espacio?
Me gustó mucho la reserva, fui por primera vez hace unos días.

¿Con quién continuamos esta serie?
Prima Limón (Julia Capoduro) →


EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “LA ERA DE LA EMOCIÓN”

miércoles, 22 de abril de 2015

#7 - Es una cuestión de entrega y sinceridad

Gastón Massenzio
La Plata, Buenos Aires


¿Qué te acercó a la música?
Crecí escuchando música en mi casa y rodeado de instrumentos, dado que mi abuelo era trompetista de jazz, mi mamá cantaba y tocaba la guitarra y mi papá también. Siempre música: vinilos, casetes y cds. Eran los noventa y en esa época pasabas horas acostado leyendo las letras de las canciones, cantando, prestándote compilados hechos por uno mismo con los amigos.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Con seis años me regalaron un teclado de juguete y al tiempo un teclado Casio que estaba bueno. Luego comencé a tomar clases con un profesor de barrio. Al tiempo, el profesor se enfermó y falleció, y eso me traumó bastante. De hecho, estuve varios años sin agarrar el teclado ni un piano. Pero en ese momento comencé con la guitarra. También con profesores de barrio, yendo a buscar cancioneros a los locales de música, jugando con melodías tirado en la cama. Y más entrado en la adolescencia, haciendo ruido con los pedales y la guitarra eléctrica. A mis trece años tuve mi primera banda y hacíamos covers de Nirvana, de 2 minutos, de Flema... Pero también volvía a casa y seguía escuchando Queen y The Beatles.

¿Tenés una metodología de composición y de trabajo?
Con la composición trato de estar siempre activo (con la guitarra o piano cerca), tocando, porque de golpe aparecen ideas y pueden llegar a buen puerto si estoy en el lugar indicado. Cuando siento que estoy vacío de ideas escucho música tranquilo y hago ejercicios con la guitarra: escalas, digitación..., como para estar ágil para cuando vuelvan a aparecer. Últimamente -y por estar tocando en tantos proyectos, sumado a mi carrera solista- vengo un poco vago con el estudio, pero hasta hace poco tenía una rutina casi diaria de ejercicios de guitarra, repertorio, escalas. Luego de editar mi disco voy a volver a eso que me hace muy bien.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Hay muchos, pero en lo personal, cuando estoy tocando mi música y percibo la conexión con el público, siento que todo fluye por un canal, que puedo entrar en una suerte de trance. Es algo que funciona como un engranaje y a medida que uno se conecta más y más se llega a estados más profundos. Es una cuestión de entrega y sinceridad.

¿De qué hablan tus canciones?
Mis canciones hablan de cosas que sueño, de percepciones, del amor, del desamor, de la soledad, de las preguntas que tengo sobre todo lo que no entiendo, y a veces son un puente entre un conjunto de sonidos y palabras que se arman solas y que no logro entender y que se resignifican constantemente, porque tienen cimientos etéreos.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Me gusta que generen sensaciones en la gente que las escucha. Que lo que quise transmitir haya sido efectivo y genere un efecto en el público

¿Cuándo empezaste tu camino solista, por qué?
Mi carrera solista comenzó hace varios años, en 2008 aproximadamente, cuando comencé a hacerme cargo de las cosas que quería decir, de lo que quería tocar y de lo que quería hacer en mi vida como músico. Más allá de que también me considero guitarrista, pianista, y que me gusta tocar en otros proyectos y me enriquecen muchísimo, siento que venía escapando un poco de lo que realmente quería hacer. Una vez que encaré mi carrera solista los caminos en la música comenzaron a abrirse.

¿Cómo ves la escena musical?
Hay muchas bandas y solistas increíbles y con mucho para decir y un sector del público se siente identificado con esa búsqueda, acompaña -y es partícipe- de lo que está pasando en la escena independiente. Es un momento único porque los músicos nos organizamos, los sellos difunden, organizan y tienden lazos entre sí. Muchísimo laburo a pulmón y por amor a la camiseta.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Tengo la suerte de tocar, grabar y compartir escenario con músicos como Fernando Kabusacki, Mene Savasta Alsina, Lucas Herbin, Maxi Trusso, Pol Nada, Mercurio, Daniel Amiano, Hernán De Micheli, Lucy Patané, Lu Martínez, Natalia Ponso y muchos otros... Todos ellos grandes compositores, creativos y de los que aprendo muchísimo

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito? 
En la escena en la que me muevo prima la autogestión y la intención de hacer la mejor música posible.

¿Un disco? 
Shaman y los pilares de la creación.

¿Una canción?
“Lee Harvey Oswald”, de Julio & Agosto. 

¿Una frase?
“Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento”, de Charles Baudelaire en Las Flores del Mal.

¿Un espacio?
Espacio Cultural Dinamo.

¿Con quién continuamos esta serie?
Pol Nada →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "VOLUNTAD DORMIDA"
https://gastonmassenzio.bandcamp.com/track/voluntad-dormida




www.gastonmassenzio.bandcamp.com    
@gastonmassenzio

miércoles, 15 de abril de 2015

#6 - Todas las canciones del mundo hablan de amor

Mene Savasta Alsina 
Mar del Plata, Buenos Aires 




¿Qué te acercó a la música?
Crecí en una casa donde la música fue siempre muy importante. Estaba presente desde distintos aspectos: mi papá, ingeniero en sonido, fabricaba equipos de alta fidelidad y sonorizaba música en vivo, y mi mamá, arquitecta, melómana, nos hacía escuchar una hermosa variedad de músicas a la vez que nos iba contando qué escuchábamos y de qué época era. En la casa circulaban personajes de todo tipo, músicos populares, músicos académicos o amantes del sonido. Siempre hubo música. No imagino el mundo sin ella.  

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Tuve un Casio a los cuatro o cinco años. Recuerdo que con las teclas negras saqué la melodía de “I´ve got rythm” de Gershiwn. Después tuve otro Casio, más grande, y tuve una banda con mis amigas del barrio. Las piolas del 2000. Para mis nueve años habíamos grabado un casete. Lo subí hace poco a bandcamp porque es realmente curioso lo que hicimos: son todos hits.

¿Tenés una metodología de composición y de trabajo?
La improvisación es mi brújula. Me dejo sorprender por mí misma. Hace años que me grabo. Me permite jugar a ser el otro y escucharme. A partir de ahí, comienzo a tomar decisiones para pasar al momento de la composición. 
De cualquier modo, no tengo mucha conciencia de mi proceso creativo. Eso a veces me demora. Pero sé que por eso mi música no suena siempre igual. De hecho, no tengo recaudos en abordar las cosas de distinto modo cada vez, porque no es lo mismo hacer canciones, que hacer un montaje sonoro o un drone o componer para un espacio particular. 

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Tocar. Y si no, ponerle play en repeat a lo que grabé. 

¿De qué hablan tus canciones?
De amor, claro. Todas las canciones del mundo hablan de amor, aunque no lo aparenten. 
Últimamente estoy mechando mucho mi amor por la filosofía y la lingüística. Tengo un tema nuevo que resultó ser un homenaje a Eliseo Verón. 

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Que vivan en la escucha de los otros. Que crezcan y se reproduzcan. 

¿Cuándo empezaste tu camino solista, por qué?
Empecé a presentarme sola con el proyecto Música Destructiva, por el 2009. Aunque a veces participaba mi hermano Antonio, es mayormente una música muy personal. Grabaciones de campo, samples, y protocanciones que había compilado en los años anteriores. A partir de ahí se abrió un universo: la música que podía hacer sola en vivo con mis artefactos. Le ponía play a todo lo que podía, improvisaba, hacía un set de 40 minutos sin pausa. Fui armando mi faceta experimental así. Entretanto, las canciones en general terminaban en los proyectos de banda como Operadora. En mi set solo quedaba solo el flash, más conceptual. Con el tiempo logré mezclar un poco los dos mundos. Hoy mi set solista va por ahí, en esa fusión.

¿Cómo ves la escena musical?
Amplia. 

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentada?
Marder es mi familia. En Marder te encontrás gente grosa como Jiri Alvriv, Marina Fages, Santi Martinez y Hernán Kerlleñevich, entre otros, que están produciendo. Kabusacki es otro pariente, adoptado por Marder, o él nos adoptó a nosotros. Siento que somos escuela.  

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Sí, Say no more

¿Un disco? 
Enfermo da cabeza, de Falo da Merda (Mar del Plata).

¿Una canción?
“Tiempos Raros”, Guauchos. 

¿Una frase?
"Se vos nomas, que al mundo salvarás", Almafuerte.

¿Un espacio?
El Río Arrayanes, en el Parque Nacional los Alerces, Chubut. 

¿Con quién continuamos esta serie?
Gastón Massenzio →

miércoles, 8 de abril de 2015

#5 - A Casa

José De Diego
La Plata, Buenos Aires

¿Qué te acercó a la música?
Nadie en particular. Mi familia escuchaba música pero no eran melómanos. Siempre me interesó.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Estudié batería desde chico y empecé a tocar la guitarra con un cancionero de Nirvana. Mis primeros grupos fueron junto a compañeros de secundaria. 

¿Tenés una metodología de composición y de trabajo?
Seguramente la tengo, pero no a nivel consciente. Muchas veces improviso, a veces compongo con la guitarra o con un teclado o con una melódica, o incluso con la batería. No trabajo siempre con los mismos elementos. 

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Cada instancia tiene lo suyo.

¿De qué hablan tus canciones?
De la muerte, de la existencia. Generalmente son bastante abiertas, cada uno puede sacar su propio contenido.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Espero que la gente las pueda disfrutar y que viva buenos momentos junto a ella. 

¿Cuándo empezaste tu camino solista, por qué?
En el 2010 disolvimos un grupo de improvisación libre llamado E°, me separé de mi novia y un amigo de NY me trajo un mixer de 3 canales, un micrófono y una reverb. Ése fue el contexto en el que nació A CASA. Antes había trabajado solo, pero en el campo de la improvisación sonora.

¿Cómo ves la escena musical?
Prolífica. De todas las ramas del arte siempre rescato un 10% que me interesa de una gran masa de repetidores, acomodados o productos de grandes empresas que nada tienen de artísticas.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
No muchos, realmente. La mayoría vienen del campo de la improvisación, como Alan Courtis, Jaime Genovart y Pablo Reche. En formato canción puedo nombrar a Puar, a Guido Flichman y a Mene Savasta Alsina.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
No, salvando la música folclórica.

¿Un disco?
Fuga, de Peligrosos Gorriones.

¿Una canción?
"El regador", de Puar.

¿Una frase?
John Cage dijo que la música está hecha de sonidos. Eso es decisivo y define a gran parte de la música que se viene haciendo desde los años 30.

¿Un espacio?
La Casa.

¿Con quién continuamos esta serie?
Mene Savasta Alsina →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "UN POZO EN EL SOL"
https://acasa.bandcamp.com/track/un-pozo-en-el-sol-2


miércoles, 1 de abril de 2015

#4 - Hacemos música que viene y va

Ludovico Zanettini
Guaymallén, Mendoza

¿Qué te acercó a la música?
Mis papás decían que cantaba afinado cuando era niño, y una vez me pidieron que cantara y me grabaron, con esos grabadores viejos de cassettes. Debo haber tenido cinco años. Es lo primero que recuerdo. Y grabé, que es algo que me encanta, más allá de tocar. 

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Como incursiones, tuve varias bandas, me encantaron dos que se llamaban Álamo sagrado y Edificios dorados.

¿Tenés una metodología de composición y de trabajo?
Como metodología, te puedo contar cómo grabé los demos de mi disco El look de la pelea. Fue en casa, siempre de noche, unas noches larguísimas, y fumaba mucho. Tengo un colchón viejo que pongo sobre la puerta de vidrio que da al estar y más allá a la habitación, donde duerme mi novia. Mientras ella dormía, yo tomaba vino y grababa el piano y las voces. La rítmica electrónica la encontré probando, me gustó y la usé en todo el disco y la sigo usando, siempre la misma.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
El momento más placentero es siempre en la composición. Cuando encuentro una melodía y escribo una letra y voy buscando una idea y encontrando cosas. Sentir que una palabra o un silencio es perfecto. Ése es el mayor placer para mí, ahí están las endorfinas; Dárgelos creo que opina algo parecido. Tocar me relaja o me divierte, o me pone en una especie de transe, pero no es lo mismo.

¿De qué hablan tus canciones?
Mis canciones hablan de cosas que viví o vivieron otros y las digo como mías, otras son yuxtaposiciones de palabras que me copan no sé por qué, y otros, pasajes surrealistas, imágenes.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
No espero nada específico de mis canciones, no me preocupa, "que fluian nomá".

¿Cuándo empezaste tu camino solista, por qué?
Para grabar un disco o hacer un concierto o lo que sea, tienen que aunarse muchas voluntades, por eso todo este trabajo ha sido re colectivo, no me siento solista; si es por hacer canciones, que es lo que más disfruto, siempre lo fui.

¿Cómo ves la escena musical?
Creo que es difícil hablar de escena. Es decir, acá en Mendoza, al menos, la siento dispersa; muchos hacemos música que viene y va de y hacia distintos lugares. Creo que es una característica de estos tiempos. Supongo que en Buenos Aires, La Plata, etcétera, habrá música con criterios más parecidos, pero no sé bien, casi no escucho música, escucho de a tiempos de mi vida y soy nada metódico para eso.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
No sé muy bien cómo responder lo de los parientes musicales, tengo amigos que son unos genios, pero emparentados estética y todoesomente, no sabría qué decirte.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Identidad de zona o circuito, no sé, lo que sí sé es que todos cantamos con o al vino.

¿Un disco?
Abajo de los Árboles, de A Casa.

¿Una canción?
 “La marcha lenta”, de Los Objetos Inanimados.

¿Una frase?
"Un hombre sin panza es un hombre sin historia", de José Bianchi.

¿Un espacio?
La sala de estar de la casa de mis abuelos.

¿Con quién continuamos esta serie?
José De Diego →


EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "LAS MISMAS FUENTES".
https://puar.bandcamp.com/track/las-mismas-fuentes