miércoles, 20 de mayo de 2015

#11 - Me gustaría servir a las canciones, ayudar a que sean todo lo que puedan ser

Alejandra Estepa (Anamolí)
Mar del Plata - Buenos Aires

Foto: Julián Lona 


¿Qué te acercó a la música?
Creo que, en general, todos estamos indefectiblemente afectados por la música toda la vida. Ahora que lo pienso, lo primero que me acercó a la música fue la danza, de muy chica. En mi familia nadie se dedicó particularmente al arte, pero de alguna forma llegué a este medio; algún gen hay, en algún lugar.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Justo antes de la adolescencia empecé a cantar en coros; después, en la secundaria, cantaba con amigos, versionábamos canciones. Lo primero fue el canto. Y a los diecisiete, cuando me mudé a Buenos Aires empecé a tocar la guitarra.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
No tengo algo tan estructurado por ahora. Suelo comenzar por la música, encontrando sonidos, arpegios y secuencias de acordes; luego, melodías, con la voz. Y las letras van dándose a partir de eso. También escribo sin pensar en canciones; siempre escribí como descarga. En un momento todo se une.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Hay un momento que disfruto mucho, que es la instancia de novedad de la canción. Cuando de verdad se siente como un ente extraño, diferente de uno. Y es tan divertido reproducirla, porque es como si uno sólo estuviese ahí, acompañando sus primeros pasos, sin “apropiarse” de lo que está saliendo. Es muy lindo ese momento, como de bienvenida.

¿De qué hablan tus canciones?
Creo que siempre está el elemento de la naturaleza, aunque no sea explícito. Hablan sobre procesos emocionales; la dualidad entre ilusión y realidad, lo relativo que puede ser todo. Y también hay mucho sobre la búsqueda de pertenencia, qué significa eso. Toda la intensidad del abanico de estados que voy viviendo como humana.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Guau, la verdad es que trato de no esperar algo concreto, porque el camino termina siendo muy distinto al que uno puede imaginar. Me gustaría servir a las canciones; ayudar a que sean todo lo que puedan ser, que lleguen adonde tengan que llegar. Que las disfruten los demás. Que cada canción cumpla su propósito, sea cual fuere.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
En el 2010, al tiempo de estar componiendo, tuve que asumir que eso lo tenía que sacar a la luz y empecé junto a otras cantautoras el proyecto SNTS (Solistas no tan solas), que se convirtió en un ciclo itinerante. En ese espacio podía vivir mi camino solista, pero a la vez compartiendo con otras mujeres, acompañada. Empoderada por ese intercambio. Creo que la intención de compartir es la que lidera. Pero, a su vez, fui tomando decisiones personales que tienen que ver con estar en movimiento y no con arraigar puntualmente en algún lugar y eso complica el proceso de armar algo estable con otras personas. Soy solista pero todo puede (y debe) cambiar. Por ahora, se está dando así.

¿Cómo ves la escena musical?
A la escena independiente la veo en rápida evolución; creo que estamos madurando y haciéndonos cargo del valor que tiene cada creación, cada producción. Y hay muchas cosas muy buenas dando vueltas. Esto, sí o sí, en algún momento incidirá en la escena mainstream; creo que ya lo está haciendo, pero los procesos a esos niveles son lentos. No conozco mucho qué es lo que suena en la radio o en la TV hoy por hoy, pero agradezco que haya cada vez más medios a los que podemos acudir para escuchar otras cosas; la interacción con los artistas es más directa. Ya no eligen otros lo que uno termina consumiendo o hacia eso creo que vamos.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Me dediqué mucho a intercambiar con cantautoras a través de SNTS, así que el parentesco por ese lado es el más obvio. Y, por suerte, somos muchas. Me siento identificada con el espíritu de las iniciativas que apuntan a aunar fuerzas, al trabajo colectivo y no exclusivamente musical sino interdisciplinario. Algunos ejemplos: Open Folk, Desde El Mar, Festival Sumar, Indiegesta.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Creo que sí existe una identidad de “lo independiente”, de los artistas que forjamos el camino sin estar dentro de un aparato, sin ese tipo de recursos que se manejan a gran escala. Contamos exclusivamente con el recurso humano, el de trabajar en red y reconocer que somos piezas activas dentro de la cultura local. Aportamos desde ahí, intentando que lo que hacemos esté cada vez más disponible para el que quiera acercarse.

¿Un disco? 
Lupa, de Agustina Bécares

¿Una canción?
“Punto de fuga”, de Lucio Mantel.

¿Una frase?
“La libertad no tiene forma aparente / Más bien diría es una eterna pregunta / Más bien diría ella es desesperante / Nos hace nuevos todo el tiempo y eso duele”. De la canción “Uhuhuh”, de La Nube Mágica.

¿Un espacio?
La montaña.

¿Con quién continuamos esta serie?
Félix San Martin →

LA MÚSICA POR SU CANCIÓN: "HORA LENTA"

https://anamoli.bandcamp.com

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