Facundo Cámpora
Cañada Verde, Córdoba.
¿Qué te acercó a la música?
Desde la niñez escuché música, por inclinación de mi familia. Mi abuelo
paterno dirigía la Banda Municipal de mi pueblo y pasé a formar parte; también
era profesor de guitarra, con quien llegué a estudiar. Mi padre, cantor, guitarrero,
compositor y con grupos folklóricos. Mi madre, cantora de entre casa. También
se daba la frecuente visita de gente del folklore de diferentes provincias,
muchos reconocidos. Se escuchaban casetes y discos también, todo muy variado en
cuanto a géneros. La música estuvo desde la niñez.
¿Cuáles fueron tus primeras
incursiones?
El bombo, a los tres o cuatro años, por ahí nomás aprendí a cantar la
milonga “Los ejes de mi carreta” y mi viejo me acompañaba con la guitarra... Luego el charango, siempre inquieto con probar
sonidos, algo de quena... Lo que apareciera. Hasta que me decidí por la
guitarra, a los catorce años. Con mi hermana cantábamos a dos voces las
canciones que escuchábamos de los grandes y se sumaban primos y amigos.
¿Tenés una metodología de composición
y trabajo?
La necesidad de expresarme me llevó a buscar y probar maneras,
explorando, intentando... Con el tiempo se van puliendo y vas sabiendo cada vez
más lo que querés decir. Suelo tener épocas o ciclos, me pongo con una melodía
que aparece o algún golpe de emoción hasta darle forma. También viajar es y
sigue siendo un estímulo enorme para crear. Cada uno se va encontrando en este
camino de expresarse y cada tema te va encontrando también. Algunos llevan años
y otros salen en diez minutos...
¿Cuál es el momento más
placentero del proceso musical?
Para mí son pasos todos importantes y disfrutables si se está atento.
Desde la intención o el impulso hasta la conclusión. Y de ahí en adelante con
lo que pueda pasar con un tema, porque una vez que lo compartís ya tiene su
propia vida, más allá de nosotros, y la satisfacción sigue.
¿De qué hablan tus canciones?
Hablan de mis sentimientos y opiniones sobre cosas de la vida, de la
Tierra, la naturaleza, de gente... Me gusta rendir homenaje a momentos o
personas que me han enseñado algo. Procuro ser fiel a mí mismo, que me guste lo
que hago, que me emocione, me transforme.
¿Qué esperás que pase con tus
canciones?
Que sirvan para algo. Así como me han tocado y me tocan el corazón temas
o canciones de gente que escucho y digo “eso”, que me da paz, alegría o fuerza,
que me dice vamos que vale la pena o me deja en un mundo de cavilaciones más
allá de la razón. Si mis canciones sirven así o parecido estoy realizado en ese
sentido.
¿Cuándo empezaste tu camino
solista y por qué?
Creo que siempre ha estado presente el camino solista, de expresarme
así, de encontrarme con la guitarra y la voz. Y siempre están presentes
infinidad de combinaciones para compartir. A propósito de “no tan solistas”,
este año grabamos un disco homenaje para mi pueblo natal (Cañada Verde o Villa
Huidobro) con un montón de invitados, cerca de sesenta, algo muy lindo.
¿Cómo ves la escena musical?
Siento que las músicas, junto a muchas artes, son llaves para abrir los
corazones. Tenemos una enorme herencia que nos antecede y está en nuestras
manos cuidarla; un presente que nos abraza y se proyecta hacia un futuro muy
prometedor… ¡Sí! La música tiene el poder de transformar las cosas en este
mundo. ¡Así que a tocar y cantar hermano!
¿Con que músicos de tu entorno
te sentís emparentado?
Uh, afortunadamente tengo tantos hermanos... Como dice el poeta. Te
puedo citar a Lucas González, Sandro Rodríguez, José Luís Aguirre, Carlos
Bordón, Julieta Valverdi, Enzo Nicola, Elías Domínguez, Pablo Jaurena, Martín
Castro, Sabrina Vera, Mario Díaz, Fernando Morales, entre mucha gente más con
la que crezco en cada encuentro o escuchando sus cosas. Siento destacar de
manera especial a Hilda Herrera como referente en la composición,
interpretación y la docencia.
¿Encontrás alguna identidad
musical propia de tu zona o circuito?
¡Sí! Y en este sentido he dedicado años a investigar a los que nos
precedieron y sus aportes. En la medida que averiguás y buscás las raíces, te
vas dando cuenta de la riqueza impresionante que tenemos en muchísimos lugares
de la provincia y en cada lugar del país. Por ejemplo, junto a Pablo Jaurena,
músico bandoneonista y amigo, hicimos un trabajo de estudio y rescate de la
obra de Cristino Tapia (1891- 1972) compositor cordobés, tarea de dos años que
nos acercó a un acervo muy enraizado y auténtico, y que te hace tomar
conciencia de las grandes obras que nos preceden y que a veces no tienen el
reconocimiento que merecen.
¿Un disco?
Señales luminosas, de Hilda
Herrera.
¿Una canción?
“El cosechero”, de Ramón Ayala.
¿Una frase?
“Quien canta reza dos veces”.
¿Un espacio?
El corazón.
¿Con quién continúa la serie?
Con el amigo Fernando Morales →
EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "MI CORAZÓN AL LATIR"
mi corazon al latir from Facundo Cámpora on Myspace.