miércoles, 14 de octubre de 2015

#32 - Que una canción puede sanar, modificar una realidad, crear identidad, reunirnos…


Giulia Gaia Delfini (De a pie)
Córdoba




¿Qué te acercó a la música?
Creo que el canto brotó en mí como algo casi instintivo que traía conmigo y que me acompañó siempre naturalmente. Sin embargo, podría no haber sido mi elección la de hacer música, cantar y decir; en este camino tuvo mucho que ver una familia llena de cantores y artistas plásticos, ellos hicieron del arte un lenguaje común para mí. Mi padre es caricaturista pero ama profundamente el canto, mi madre tiene la dicha de una voz bella, grave y profunda, creo que estas son las primeras influencias que me atravesaron. Mucho después vinieron grandes músicos a llenar estas ganas de sentidos, ahí entra Mercedes Sosa mediante un casete que escuchábamos mucho en mi casa, más tarde Spinetta, Violeta Parra, Silvio Rodríguez, Atahualpa y un caudal inmenso de músicos, libros y realidades que te invitan a cantar y a expresarte por la necesidad de participar en la realidad desde el sonido y la palabra.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Como mencionaba antes, el canto me acompaña desde que tengo memoria, no sé cuándo empecé a cantar, si sé cuándo lo empecé a hacer a conciencia. Esto fue en mis primeras presentaciones de niña, cantando a capela para los amigos de mis papás, en reuniones de guitarras y asado. Después fueron las formales audiciones del colegio de música al que asistía, donde paradójicamente me desconecté bastante con la música, y mi definitivo encuentro es el que transito hace unos años, hoy se llama De a pie.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Creo que el proceso creativo siempre es distinto, por lo menos en mi caso. En un principio las canciones salían desde vivencias que me marcaban y realidades que me inquietaban, entonces partía desde la palabra y luego venía el juego de sonar y buscar con mi compañero Tabaré en su guitarra. Ahí, con suerte salía una melodía y entonces comenzaba a nacer una canción. Hoy en día, a veces surgen de esta forma, a veces de jugar con las palabras, a veces de una idea y otras de una melodía. Con Tabaré y De a pie (nuestra banda) componemos actualmente juntos, esa creo es otra forma de componer.  

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
El más ajeno a los prejuicios, la parte lúdica donde la canción todavía no se considera canción y por ende está libre de solemnidades. Otro momento interesante y donde yo creo que también se va macerando la canción, es en la exposición al otro, hay un aura que rodea a cada canción y el otro es un espejo que nos da claridad o confusión sobre lo que hacemos y te hace preguntarte que querés generar con cada canción, si conformidad, incomodidad o transformación.

¿De qué hablan tus canciones?
Desde problemáticas sociales hasta hechos muy personales que me atraviesan o simplemente ideas que deseo plasmar, pero siempre desde una búsqueda que intenta no caer en patrones colonizantes.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Que le sirvan a alguien, que me trasciendan si son necesarias o que simplemente habiten el instante. 

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Bueno, en realidad muy poco tiempo caminé sola la música, el canto necesita de otras vibraciones para sonar y estos últimos tres años sonamos con Tabaré como dúo. Con él creamos De a pie, donde hoy somos cinco los que caminamos (Yo, Tabaré Ríos, Otho Vidal, Juancho Croce y Natalia Terán).

¿Cómo ves la escena musical?
Fértil, cada vez somos más los que nos animamos y las posibilidades de hacer música son cada vez más accesibles. A su vez, estas posibilidades nos permiten elegir con mayor libertad qué hacer y cómo. Sin embargo creo que se debe seguir profundizando a nivel cultural y desde las políticas de Estado para poder ver la música desde otro lugar y que una persona que dio su vida por la música, la belleza, la palabra y por el otro, pueda tener una vejez tranquila y cuidada, no arriba de los colectivos o en las calles canjeando la risa y la música por unas monedas.   

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentada?
Con los que están más allá de las discográficas, apostando y creyendo en el potencial transformador de la canción, con los que entienden que una canción puede sanar, modificar una realidad, crear identidad, reunirnos y armonizar. Bajo este concepto me siento emparentada con músicos de lo más diversos. Principalmente, con quienes tienen un respeto por nuestra música de raíz y nuestra identidad Latinoamérica.  

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Circulando espacios culturales y peñas me encontré con artistas enormes, con búsquedas nada superficiales, letras profundas, arraigados a su paisaje y con estéticas que desmontan muchas mentiras. Ésta es una identidad con la que me siento profundamente identificada. Sin embargo, Córdoba tiene una multiplicidad de identidades tan diversas como ricas y todas hacen en algún punto a la propia.

¿Un disco?
Pájaro Rojo, de Paola Bernal.

¿Una canción?
“Los tres ríos”, Sandro Rodríguez.

¿Una frase?
“Allí donde otros exponen su obra, yo sólo pretendo mostrar mi espíritu”, Antonin Artaud

¿Un espacio?
La casa del viento.

¿Con quién continúa esta serie?
Lo invito a Sandro Rodríguez 

LA MÚSICA POR SU CANCIÓN:  "LA NÁUSEA"

1 comentario:

  1. Qué gusto leer y escuchar a Gaia y a lxs cumpas de De a pie, en la misma sintonía entre palabra escrita y cantada. Abrazo grande.

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