miércoles, 15 de julio de 2015

#19 - Me manejo a pura búsqueda, sin tener puertos muy claros a donde llegar

Juan Báez Nudelman
Posadas, Misiones.



¿Qué te acercó a la música?
Mis padres, fundamentalmente. Ambos supieron estimular desde siempre una sensibilidad por diferentes tipos de creatividad, entre ellas, la música, tanto por el sonido como por las letras de las canciones.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Un compañero de la escuela quiso empezar a tomar clases con mi viejo, y me uní. Teníamos más o menos once años y aprendíamos canciones populares de rock y folklore. De ahí recuerdo unos primeros ejercicios de digitación y los primeros acordes. Detestaba las cejillas. Luego, de adolescente, como autodidacta, me sentaba en la computadora a sacar canciones.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Ojalá. Soy más ordenado en otros lugares. En la música me manejo a pura búsqueda sin tener puertos muy claros a donde llegar. Ante todo busco disfrutar y volver al goce que uno siente por hacer.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
La repetición. Luego de encontrar la dinámica que puede tener una canción, me encanta repetirla sin pretensiones una y otra vez hasta que sea mía. Y eso no depende de si la compuse o si estoy sacando una canción ajena. Creo que la repetición se apropia de algo, y así te permite cambiar, tener una identidad propia al momento de interpretarla.

¿De qué hablan tus canciones?
Nunca lo pensé mucho. A lo mejor sospechan de la ambivalencia de las cosas, y recorren lugares cotidianos, paisajes íntimos, pero también emociones fuertes, sentimientos amplios, de uno por el todo, desde el uno. En todo caso, decir algo en una canción es como entrar en conciencia de la inmersión/exposición que uno siente ante el mundo y lo que excede a ese mundo.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Que me gusten, que reflejen ese afecto por hacer cosas. Si uno disfruta, seguro en el afuera se percibe y algo puede pasar. Si no estoy cómodo conmigo tampoco estoy cómodo con lo que hago.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Más o menos, luego de llegar a Buenos Aires a estudiar. Compartí algunas canciones con amigos que me incentivaron a salir a mostrarlas. Quería ver qué pasaba, la idea me entusiasmó cuando vi que generaba algo lindo en mis compañeros. Suelo tocar solo porque no me gusta forzar una relación de trabajo.

¿Cómo ves la escena musical?
Me encanta. Estamos en la era de la información, y la circulación de la música es impactante. Nunca escuchamos todo lo que nos proponemos escuchar, pero eso es una hermosa bendición. La mixtura de géneros, la cruza de identidades. La aparición de los productores musicales amplió mucho el espectro de posibilidades. Gente que se dedica a intervenir y reformular lo que escucha como agente activo hace falta siempre.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Los músicos que admiro suelen pertenecer a experiencias que están por fuera de la canción. En cierta forma, la búsqueda de artistas como el entrerriano Pol Nada o Coiffeur, me causan un gran impacto y presto mucha atención a lo que dicen y el sonido que interviene en su discurso. Siempre relaciono el concepto de trabajo con su resultado, y flasheo.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Sí, totalmente. Tenemos una importante cantidad de bandas, artistas y productores en nuestra provincia. Posadas no es el único punto, en Oberá hace años se realizan eventos culturales muy buenos, en total independencia de la capital. A su vez, siempre se percibe y se valora el intercambio entre ambas. Estamos atravesados por el folklore argentino, la música paraguaya y brasilera en todos sus géneros. Aunque los músicos no se dediquen enteramente al folklore, estamos totalmente condicionados. Por más que escuches indie, hip hop, black metal o electrónica, el paisaje es dominante y alimenta en forma y contenido.

¿Un disco?
Corochiré, de Cecilia Pahl.

¿Una canción?
“Por admiración”, Ninja, de Cecilia Moya.

¿Una frase?
“Me despierto en una autopista, abro los ojos y está todo lejos”. Pol Nada, en la canción “No me quedo quieto” del disco Querés estar solo.

¿Un espacio?
Hace un tiempo trabajamos con un evento mensual llamado Periferia. Sucede en la ciudad de Posadas y busca nuclear a escritores, editoriales independientes, emprendimientos autogestionados, artistas y productores culturales.

¿Con quién continuamos esta serie?
Recomiendo a Ignacio del Pórtico, porque es un capo →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "TSUNAMI"

No hay comentarios:

Publicar un comentario