miércoles, 22 de julio de 2015

#20 - Nosotros, mis amigos y yo

Ignacio del Pórtico
Posadas, Misiones

Foto: Juanis Juanis Bobanis


¿Qué te acercó a la música?
A la música en sí estuve ligado desde muy chico por parte de mi hermana y mis padres, que me hacían escuchar música muy buena. Pero antes de los doce años nunca le había dado mucha relevancia al papel que cumplía en mi vida, creo que cuando descubrí la sensación del “rock” escuchando “Fuck Forever” de BabyShambles, me di cuenta que quería tocar la guitarra, y empecé a jugar mucho al guitar hero y de a poco fue naciendo una pasión que ahora ocupa el 95% de mis pensamientos.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
A los doce, mi viejo me compró mi primera guitarra acústica y también me enseñó a tocar los primeros acordes con canciones de Vox Dei o cosas así. De a poco fui quedando más obsesionado, mi viejo me veía muy apasionado con todo eso y me compró una guitarra eléctrica, con la que -ya a los trece- estaba todo el día encerrado en mi pieza tocando e imaginándome que era Hendrix. A partir de eso, estuve muy metido en el tema, escuchaba de todo y no me aguantaba las ganas de tener una banda. Nos organizamos con unos amigos del colegio y armamos una banda a los catorce años llamada La otra cara de la nada. A partir de eso, la música se convirtió en un viaje de ida.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
No tengo una metodología en especial, pero mis canciones nacen de momentos de angustia o de mucho amor, siempre en esos extremos. Cuando quiero regalarle algo a alguien, le escribo una canción, o cuando me siento vacío y quiero gritar, también. Básicamente, es sentarme a improvisar con la guitarra y cantar lo primero que se me venga a la mente. Luego de tener algo mínimamente armado, paso a la parte de grabación, donde le sumo otras guitarras, teclado y todo lo demás.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Cuando ya tengo la canción terminada y grabada y la puedo escuchar una y mil veces sin cansarme.

¿De qué hablan tus canciones?
De amor.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Espero que me gusten, que me hagan sentir bien, sobre todas las cosas. Después, que llegue y la escuche la mayor cantidad de gente posible.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Empecé mi camino solista a mediados del 2014, cuando me di cuenta que tenía una serie de canciones que no pegaban con el estilo de mi banda La otra Cara de la Nada. Y me parecía que eran canciones que tenían  que existir y que la nueva generación de “solistas” estaba dando una gran oportunidad para escuchar y darle espacio al proyecto de cualquiera que quiera hacerlo. Empecé a escuchar mucho Mac deMarco y me di cuenta que en el formato solista se pueden hacer cosas hermosas, en las cuales podés hablar de lo que vos quieras y que suene exactamente como vos querés.

¿Cómo ves la escena musical?
En este momento creo que la música está pasando por una etapa de oro, donde existen las herramientas para que cualquiera que quiera hacer música pueda hacerlo. Es fácil grabar, es fácil difundirla, sólo queda la parte creativa y tenés todo. Me parece un momento hermoso, donde están naciendo proyectos de todos lados y se está formando una escena cada vez más fuerte, con esencia fresca donde los jóvenes nos sentimos cada vez más identificados.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Con mis amigos, que la mayoría hacen música, entre todos estamos formando una especie de escena en la cual todos tenemos que ver con todos. Yo me sé las canciones de mis amigos y ellos las mías, me siento muy feliz y totalmente agradecido de que se me presente esta situación de poder compartir con mis amigos algo tan hermoso como la música propia, hasta tal punto de que sus canciones me hagan llorar y pensar que no hay nada mejor. Quiero destacar fuertemente a la banda La Playa De Luvert, que son amigos míos y que me emocionan cada vez que tocan.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Creo que no, siento que en mi zona los únicos que hacemos música con la cual me siento identificado somos nosotros, mis amigos y yo, y que a la vez todo es una retroalimentación. Fuera de nuestra “escena” me parece todo bastante agrio.

¿Un disco?
Un largo invierno en el que no pasaba nada, de Metamorfosis Ambulante.

¿Una canción?
“El día”, de La Playa De Luvert.

¿Una frase?
Nunca le des la espalda a un ninja”.

¿Un espacio?
El sillón en mi balcón.

¿Con quién continuamos esta serie?
Augusto Lagable →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "Un árbol en mi ropero".

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