Ignacio del Pórtico
Posadas, Misiones
Foto: Juanis Juanis Bobanis |
¿Qué te
acercó a la música?
A la música en sí estuve ligado desde muy chico
por parte de mi hermana y mis padres, que me hacían escuchar música muy buena.
Pero antes de los doce años nunca le había dado mucha relevancia al papel que
cumplía en mi vida, creo que cuando descubrí la sensación del “rock” escuchando
“Fuck Forever” de BabyShambles, me di cuenta que quería tocar la guitarra, y
empecé a jugar mucho al guitar hero y de a poco fue naciendo una pasión que
ahora ocupa el 95% de mis pensamientos.
¿Cuáles
fueron tus primeras incursiones?
A los doce, mi viejo me compró mi primera
guitarra acústica y también me enseñó a tocar los primeros acordes con
canciones de Vox Dei o cosas así. De a poco fui quedando más obsesionado, mi
viejo me veía muy apasionado con todo eso y me compró una guitarra eléctrica,
con la que -ya a los trece- estaba todo el día encerrado en mi pieza
tocando e imaginándome que era Hendrix. A partir de eso, estuve muy
metido en el tema, escuchaba de todo y no me aguantaba las ganas de tener una
banda. Nos organizamos con unos amigos del colegio y armamos una banda a los catorce
años llamada La otra cara de la nada. A partir de eso, la música se convirtió
en un viaje de ida.
¿Tenés
una metodología de composición y trabajo?
No tengo una metodología en especial, pero mis
canciones nacen de momentos de angustia o de mucho amor, siempre en esos
extremos. Cuando quiero regalarle algo a alguien, le escribo una canción, o
cuando me siento vacío y quiero gritar, también. Básicamente, es sentarme a
improvisar con la guitarra y cantar lo primero que se me venga a la mente. Luego
de tener algo mínimamente armado, paso a la parte de grabación, donde le sumo
otras guitarras, teclado y todo lo demás.
¿Cuál es
el momento más placentero del proceso musical?
Cuando ya tengo la canción terminada y grabada y
la puedo escuchar una y mil veces sin cansarme.
¿De qué
hablan tus canciones?
De amor.
¿Qué
esperás que pase con tus canciones?
Espero que me gusten, que me hagan sentir bien,
sobre todas las cosas. Después, que llegue y la escuche la mayor cantidad de
gente posible.
¿Cuándo
empezaste tu camino solista y por qué?
Empecé mi camino solista a mediados del 2014,
cuando me di cuenta que tenía una serie de canciones que no pegaban con el
estilo de mi banda La otra Cara de la Nada. Y me parecía que eran canciones
que tenían que existir y que la nueva generación de “solistas” estaba
dando una gran oportunidad para escuchar y darle espacio al proyecto de
cualquiera que quiera hacerlo. Empecé a escuchar mucho Mac deMarco y me di
cuenta que en el formato solista se pueden hacer cosas hermosas, en las cuales
podés hablar de lo que vos quieras y que suene exactamente como vos querés.
¿Cómo ves
la escena musical?
En este momento creo que la música está pasando
por una etapa de oro, donde existen las herramientas para que cualquiera que
quiera hacer música pueda hacerlo. Es fácil grabar, es fácil difundirla, sólo
queda la parte creativa y tenés todo. Me parece un momento hermoso, donde están
naciendo proyectos de todos lados y se está formando una escena cada vez más
fuerte, con esencia fresca donde los jóvenes nos sentimos cada vez más
identificados.
¿Con que
músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Con mis amigos, que la mayoría hacen música,
entre todos estamos formando una especie de escena en la cual todos tenemos que
ver con todos. Yo me sé las canciones de mis amigos y ellos las mías, me
siento muy feliz y totalmente agradecido de que se me presente esta situación
de poder compartir con mis amigos algo tan hermoso como la música propia, hasta
tal punto de que sus canciones me hagan llorar y pensar que no hay nada mejor.
Quiero destacar fuertemente a la banda La Playa De Luvert, que son amigos míos
y que me emocionan cada vez que tocan.
¿Encontrás
alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Creo que no, siento que en mi zona los únicos
que hacemos música con la cual me siento identificado somos nosotros, mis
amigos y yo, y que a la vez todo es una retroalimentación. Fuera de nuestra “escena”
me parece todo bastante agrio.
¿Un disco?
Un largo
invierno en el que no pasaba nada, de
Metamorfosis Ambulante.
¿Una
canción?
“El día”, de La Playa De Luvert.
¿Una
frase?
“Nunca le
des la espalda a un ninja”.
¿Un
espacio?
El sillón en mi balcón.
¿Con
quién continuamos esta serie?
Augusto Lagable →
EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "Un árbol en mi ropero".
EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "Un árbol en mi ropero".
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