Mariano
Crespo
Córdoba
¿Qué te
acercó a la música?
En primera instancia, mi casa. Recuerdo a mi
viejo escuchando buena música y a mi vieja con la guitarra, canturriando a dúo
con mi viejo. Desde siempre me gustó mucho el sonido en general, no sólo la
música grabada sino la naturaleza sonora. Por eso vivo en las sierras...
¿Cuáles
fueron tus primeras incursiones?
A los diez ya venía agarrando la guitarra que
había en casa, y tomé clases particulares con un amigo de mis viejos. A los once
no quise estudiar más y largué la guitarra, hasta los trece maso. Desde ahí no
pare más, pero seguí solo, hasta que me vine a Córdoba a estudiar composición.
¿Tenés
una metodología de composición y trabajo?
Lógicamente va pasando el tiempo de oficio y uno
va desarrollando metodologías. En mi caso siempre fui un tanto rebelde de
las instituciones. La facultad la deje en 3ro., pero me aportó -por decirlo de
alguna manera- el ciclo básico, sería como la caja de herramientas
que me estaba faltando para terminar de encontrarle la vuelta a la composición,
que es lo que más disfruto ¡y más que nada la canción! Es decir,
quedé en el medio entre la academia y el guitarrero orejero... Eso me gusta,
porque a la hora de fluir no me siento necesariamente con el papel
pentagramado... Voy al río, qué sé yo, pero tengo herramientas para luego
desarrollar las ideas. Más que nada, mi inspiración es siempre desde
lo visual, tratando de representar con letra y música lo que veo.
¿Cuál es
el momento más placentero del proceso musical?
¡¡¡Tocar!!! Es el mayor placer. Cuando sentís que
algo ya es mostrable y lo mandás, es una descarga a tierra de entre placer y
miedito, tocar por primera vez una canción es un placer.
¿De qué
hablan tus canciones?
Del río, de la gente que conozco, de cosas que
me parecen injustas… Y también me gusta irme para el lado poético cuando
me sale.
¿Qué
esperás que pase con tus canciones?
Al principio no sabía bien y, de hecho, los
resultados siempre sorprenden, dependiendo la gente, el lugar y el ánimo, ¡las
ganas que uno le ponga! Pero creo que la canción es una herramienta de
militancia que si uno la usa con criterio, responsabilidad y le pone garra, es
una buena forma de difundir lo que a uno le preocupa y crea que es necesario
correr la bola... Y por otro lado, es una forma de hacer catarsis. Es decir,
a través de las canciones uno desahoga penas, alegrías, y de
alguna manera resuelve, haciendo públicas las cosas en vez de cargarse la
espalda. La música es un ornamento que envuelve las
palabras volviéndolas más atractivas. De esta forma el mensaje llega
más lejos, a mi modo de ver, claro, ya que no todo el mundo te lee un libro,
pero sí todo el mundo escucha música.
¿Cuándo
empezaste tu camino solista y por qué?
Hace un año y medio empecé a tocar en bares y
espacios abiertos, como peñas y actividades sociales, siempre de la mano de mi
cumpa musical, Chachi Ramón, de Alta Gracia, que se sumó al proyecto de entrada
y nunca aflojó. En realidad, por más que los temas sean ideas mías, somos un dúo
¡y ya estamos empezando a armar algunas ideas suyas! ¡¡Se viene, se viene!! El
por qué fue una necesidad de mostrar una serie de temas que tenía trabados en
la garganta, simplemente por trabas internas… Yo ya venía tocando por la zona
de Paravachasca con Infusión Sonora, pero siempre tenía algo que me
trababa para enfrentar solo los escenarios, los amigos fueron el motivo que me
animó, tras su aliento constante. ¡Gracias!
¿Cómo ves
la escena musical?
¡En alza! Cada vez se generan más espacios
culturales abiertos a todo el mundo y cada vez es más la gente que aprecia el
trabajo de los artistas independientes... ¡que somos muchos!
¿Con que
músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Los integrantes de las bandas: Infusión sonora,
Sombraitoro y Bonvoyage. Chachi Ramón, Mauri Córdoba, Martín Leguizamón, Caro
Herrera, Aníbal de dos lunares... Si sigo, no paro... Perdón a los que no
nombré, pero básicamente, mis amigos, con los que aprendo y me nutro día a día…
¿Encontrás
alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Yo vivo en La Bolsa, pero siento a Paravachasca
como “el barrio” en general. Y sí, creo que desde que se viene armando el
colectivo de músicos, se viene generando una identidad, no sé si tanto a nivel
musical, porque es todo una gran orgía de ritmos fusionados hoy en día. Y a su
vez, cada uno va encontrando su propio sello. Pero sí identidad a nivel humano,
político y social. Estamos todos en el mismo viaje...
¿Un disco?
La
magnífica puesta en escena del universo, de Sombraitoro.
¿Una
canción?
“Chacu”, de José Quiñones.
¿Una
frase?
“No
para-vachasca!!!”, frase del pueblo.
¿Un
espacio?
El río…
¿Con
quién continúa la serie?
Mauri Córdoba →
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy linda entrevista y canción Mariano!Saludos para vos y el río.
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