Mauricio Córdoba
Córdoba
¿Qué te acercó a la música?
Mi imaginación de
niño, que no tenía frenos. Allá por los dos o tres años, me subían a una mesa y
yo cantaba. Más adelante me volví sumamente tímido y mi refugio era las
canciones de la radio, cambiaba las letras de las mismas y así obtenía mis
propias canciones. A los quince años llegó mi primera guitarra, junto con
Silvio Rodríguez, y me di cuenta que la música y en particular la composición
de canciones era mi camino.
¿Cuáles fueron tus
primeras incursiones?
Mis primeras
incursiones fueron en la escuela secundaria, entre canciones propias y del rock
nacional. Luego apareció el folclore, fusionado de la mano del Chango Farías
Gómez y la primera banda con amigos. Fui músico de varias bandas de folclore
después. En un día de mis veinte años, lo conocí a Jorge Fandermole y entendí
cuál era el rumbo de mi composición en mi búsqueda de identidad.
¿Tenés una
metodología de composición y trabajo?
No tengo, a veces
salen músicas y luego viene la letra, otras veces al revés. En ocasiones,
alguna poesía me inspira y le pongo música, a veces salen obras instrumentales.
¿Cuál es el momento
más placentero del proceso musical?
Son dos: cuando llega
la inspiración y se detiene el tiempo y cuando me conecto plenamente en una
actuación.
¿De qué hablan tus
canciones?
Hasta ahora,
fundamentalmente hablan de cuestiones muy humanas y del paisaje: personajes,
cuestiones sociales, injusticias, sentimientos, experiencias de vida, del mundo
interno, etcétera.
¿Qué esperás que pase
con tus canciones?
Espero que cobren
vida más allá de mí y de mi paso por este mundo, eso le da sentido a mi
existencia.
¿Cuándo empezaste tu
camino solista y por qué?
Yo nací solista, para
mí siempre fue más fácil hacer canciones propias que interpretar canciones de
otros. Igual a mí me encanta tocar con otros y no tengo problemas en sumarme
como músico a otros proyectos.
¿Cómo ves la escena
musical?
Veo muchas cosas buenas,
como por ejemplo la posibilidad que nos da la tecnología de grabar y difundir
nuestra propia música, la apertura y búsqueda de nuevas estéticas sin
prejuicios y la fraternidad entre músicos de diferentes géneros. Creo que
faltan políticas públicas que faciliten hacer de este oficio un trabajo que nos
permita vivir dignamente.
¿Con que músicos de
tu entorno te sentís emparentado?
Yo me siento
emparentado con cualquier persona sensible y que se anime a mostrarse tal cual
es. A eso yo le llamo ACTITUD ARTÍSTICA frente a la vida y me permite aprender
con una mirada más amplia la composición del hecho artístico.
¿Encontrás alguna
identidad musical propia de tu zona o circuito?
Claro que sí, el
folclore me enseñó que somos una tonada, un paisaje, costumbres, creencias,
etcétera. En esa búsqueda uno encuentra la forma de cantar y escribir .De esa
manera volver universal eso que está en cada uno. Esto no es fácil en tiempos
donde se busca moldear las formas según el mercado, pero creo que con constancia
se logra y lo mejor es que lo verdadero perdura y trasciende.
¿Un disco?
Navega, de Jorge Fandermole.
¿Una canción?
“Canto Versos”, de
Jorge Fandermole.
¿Una frase?
“Para pretender el
mundo es largo, para conformarse se ha inventado el jamás”, Silvio Rodríguez.
¿Un espacio?
La sombra de un
algarrobo al atardecer.
¿Con quién continúa
la serie?
Ema Berro →
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