Córdoba
Foto: Teresa Mir |
¿Qué te acercó a la música?
En mi familia la música siempre estuvo cerca, por así decirlo. Hubo un
piano en casa desde que tengo memoria y si bien ningún familiar era “pianista”
todos tocaban más o menos de oído. Supongo que eso me acercó, saber que podía “jugar
a la música” cada vez que quisiera.
¿Cuáles fueron tus primeras
incursiones?
Cuando mis viejos se dieron cuenta que tenía algún tipo de facilidad,
me mandaron a estudiar piano a un conservatorio luego del colegio, pero muy en
contra de mis ganas. Odié cada una de las clases a las que fui y no tengo un
buen recuerdo de esa época. Luego, después de mudarnos a otro país por un
tiempo y poder reacercarme por mi cuenta a la música mediante algunos programas
de computadora, al volver a Córdoba me inscribí en algunas academias y pude
enamorarme genuinamente de la música. Hoy me arrepiento de no haber aprovechado
más esas primeras clases de piano.
¿Tenés una metodología de
composición y trabajo?
No sé si es una metodología propiamente dicha, porque siempre siento
que es distinto el proceso, pero lo más común es tener algún instrumento en la
mano (últimamente la guitarra) e improvisar alguna sucesión de
acordes y cantar algo encima. Una vez que encuentro algo que me guste, lo
repito, armo la forma de la canción, y mientras voy tarareando la melodía
siempre sale algún balbuceo que remite a alguna palabra. Uso esa palabra como
puntapié para empezar la letra y de ahí sale la idea. A veces, teniendo una
letra hecha antes simplemente es adaptarla a la música que crea conveniente.
¿Cuál es el momento más
placentero del proceso musical?
Para mí EL momento es cuando pongo el grabador y registro la primera
vez que toco completa la canción que acabo de terminar. No hay un momento más
satisfactorio.
¿De qué hablan tus canciones?
Trato de escribir siempre desde mi punto de vista personal y mis
vivencias, aunque me gusta jugar e inventar historias y crear personajes,
ponerme en la piel de otro, imaginar “que pasaría si…”. Lo pienso como un guión
de una obra, por ejemplo.
¿Qué esperás que pase con tus
canciones?
No sé si espero algo, lo que tenga que pasar con ellas es bienvenido.
De todas maneras, me gustaría que quien las sienta, las haga propias.
¿Cuándo empezaste tu camino
solista y por qué?
Nunca lo empecé, siempre toqué solo al margen de las bandas en las que
estuviera. Hoy en día formo parte de Rayos Laser, pero cada tanto
hago algún show como solista tocando canciones viejas, algunas que
quedaron fuera de los discos, algunas que no tienen cabida en el universo
láser, etcétera. Igual, nunca se está “solo”, siempre hay
amigos acompañándome, como Pedro Cabal o los mismos Rayos, que se
calzan otros instrumentos y me ayudan a compartir estas canciones.
¿Cómo ves la escena musical?
Hoy en día siento que la escena musical nacional está en un proceso
hermoso de expansión y frescura. Todo el tiempo encuentro bandas nuevas que
hacen cosas increíbles y gente generando espacios para que esta escena tenga
lugar. A veces es más difícil, a veces no hay condiciones pero siento que hace
un tiempo hay cada vez más unidad entre los músicos. Sí o sí estamos en un
momento de cambio.
¿Con que músicos de tu entorno
te sentís emparentado?
Con César Seppey y Gustavo Rodríguez, mis compañeros de banda. Con
Pedro Cabal, con Fausto Vercellino, con mis compañeros en Discos del Bosque,
con Iván Pierotti, con los hermanos Hernández, con los que fueron mis
compañeros en distintas bandas... Es una lista larguísima.
¿Encontrás alguna identidad
musical propia de tu zona o circuito?
Me parece que en Córdoba hay muchos buenos escritores de canciones. Eso
me parece que es algo que diferencia la zona de otras.
¿Un disco?
Astronauta, de Benigno Lunar.
¿Una canción?
“Ángel”, de Gustavo Rodríguez.
¿Una frase?
“El sarcasmo y la compasión hacen
que la tierra sea un lugar habitable”, Nick Hornby.
¿Un espacio?
Mi casa.
¿Con quién continúa la serie?
Juan Ingaramo →
EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "SUMA", TOMÁS FERREO & PEDRO CABAL {ELEFANTE DIAMANTE}
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