Bruno Torino
San Juan.
¿Qué te acercó a la música?
La Vida misma, la familia que me trajo a este mundo, consumían mucha música
de todos lados y estilos, desde Egberto Gismonti a los Redondos, mamá cantaba y
tocaba la guitarra, mi abuela también, y eso para mí era admirable.
¿Cuáles fueron tus primeras
incursiones?
Desde los dos años, que empecé a hilar palabras, ya cantaba o me ponía
horas los auriculares y me quedaba ahí, tranqui, cuenta mi abuela. Luego, en la
adolescencia, transcurrida en Barreal, al pie de la Cordillera de los Andes,
armamos una banda de rock a los pequeños trece años, con la que empezó este
camino sin fin.
¿Tenés una metodología de
composición y trabajo?
No, o sí, jajaja, dejar que el vacío me atraviese, me dé la melodía y
me use como canal de expresión, es algo anti-racional, que surge cuando quiere,
hay que estar ahí ¡presente y dispuesto!
¿Cuál es el momento más placentero
del proceso musical?
La trama, los ensayos, las previas y el escenario como broche final del
disfrute, que nos lleva ahí, a hacer lo que más amamos, entre amistades que no
dejan de crecer.
¿De qué hablan tus canciones?
De las experiencias vividas en el camino del auto conocimiento
interior, del intento de expresar lo inexplicable, de compartirlo para sumar
voces de liberación, abrir el juego de confiar, crecer, querer cambiar.
¿Qué esperás que pase con tus
canciones?
Que lleguen a quien tengan que llegar, que incentiven, inspiren,
abracen a los pibes y pibas que vienen con todo y son a quienes hay que
escuchar siempre.
¿Cuándo empezaste tu camino
solista y por qué?
Hace un año formalmente, pero en realidad desde el principio. Solista
es solo una forma de decir y muchas veces equivoca, porque uno nunca está solo
y menos cuando es solista, es cuando más acompañado se está, por los que confían
y escuchan lo que hay para decir.
¿Cómo ves la escena musical?
Renaciendo cual Ave Fénix una y otra vez, es inevitable como también
muy entusiasmador ser parte de ese renacer con todo lo que implica, ¡ahí vamos!
¿Con que músicos de tu entorno
te sentís emparentado?
Oh… Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar, decía el maestro.
Pero así, de a flor de piel y bien de acá, del desierto cuyano, hermanos
musicales como Pérez, Buquino Cabrera, Gabriel Dávila, Gabriel Domeneghini,
Pabloncho Moreno, Facu Dial, el Tuto, Fabricio Montilla, Mariu, bandas como
Boca seca, Lua Pamana, Los Conjunto, Los Fungis, No Ser Uno Más, Matagusanos,
Canal 46, Estado Vegetativo, Marcos Ordan y más y más... Es muy intenso
realmente.
¿Encontrás alguna identidad
musical propia de tu zona o circuito?
Sí, es como las flores del desierto, del cactus, esas que pintan su
color bebiendo del aire, eso que las hace únicas y entrañablemente fuertes.
¿Un disco?
Rara Avis, de Las Naves.
¿Una canción?
“Metal Madera y Sangre”, de Sudamericaneros.
¿Una frase?
“Todo dura un instante para toda
la vida”, Luis Alberto Spinetta.
¿Un espacio?
El interior.
¿Con quién continúa la serie?
Gabriel Dávila Kurban →
EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “DECIRLO
TODO”
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