miércoles, 31 de agosto de 2016

#67 - El ego boludo que portamos por ser hijxs de este sistema patriarkal

Alexis “Tutto” Betancourt
Santiago de Chile – San Juan, Argentina.



¿Qué te acercó a la música?
No sabría cómo definirlo. Desde que tengo uso de razón, mi vieja se levantaba y colocaba la radio fuerte y se ponía a hacer aseo y cantaba. Si no lo hacía ella, lo hacía mi hermano del medio, el mismo que me hizo conocer mi primer instrumento, ya que desde muy chiquito tenía en la casa una banda de punk ensayando en la pieza que compartíamos, el mismo que desde los tres años me llevó a mi primer toque de punk rock, luego la calle me acercó al hip hop, todxs mis amigxs bailaban Kris Kross y Public Enemy, hasta que conocí el disco en castellano de Cypres Hill.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
En el primer “matricidio” de mi hermano mayor, debo haber tenido cinco o seis años, y me senté en la bata de la banda ke tokaba y me puse a tokar para todxs. Ese rekuerdo lo tengo muy presente. Luego empecé a escribir letras para rapearlas, a eso de los diez años, y en los actos de la escuela si no tocaba bongó con mi compadre El Piojo, rapeba alguna canción de alguna banda que me gustara. Con él mismo armé mi primera banda de corte ska reggae punk, muy influenciados por Todos Tus Muertos Y Mano Negra, a eso de los doce años (yo tokaba la bata y hacia las partes raggamuffin, y desde ahí no paro...

¿Tenés una metodología de composición y trabajo? 
La verdad que no, me cuesta mucho escribir, pero puedo asegurar que gran parte de lo que hago da mejores resultados cuando lo hago en la mañana, con el primer mate.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Cuando terminas de maquetear una idea, ando excitado una semana entera.

¿De qué hablan tus canciones?
En este momento de lo político social y mi rol como portador del micrófono. Me cuesta mucho despegarme de la idea de que el micro tiene poder y responsabilidades.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Mmmmmmmmmm…. Que se compartan de mano en mano como pasaba con los casetes, y que haya una respuesta positiva o negativa de la gente; que si molesta, que moleste, que si gusta, que guste... Mi niñez, llena de punk rock, me hizo disfrutar de la provocación en el escenario.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Hace tres años aproximadamente, después de la ruptura de la banda de rock en la que yo era percusionista, me sentí re solo y con muchas cosas que decir. Encima, una terrible tendinitis que no podía ni agarrar el termo pa´ un mate. Estuve a punto de irme a Chile, a mis pagos. En uno de esos viajes le dije a un amigo si producíamos un tema, y me dijo que sí. Y le entramos y de ahí que no paro. Así es que dije: si no puedo tocar, me pongo a hacer lo que aprendí antes de tocar un instrumento (a rimar).

¿Cómo ves la escena musical?
Uffffff… Difícil pregunta, ¿la escena en dónde? Hoy en día es más fácil compartir música y colaborar con producciones de otrxs, ya que si tienés paz ciencia y una compu, es muy fácil. Pero cada vez hay menos espacios para tocar y los espacios auto-gestionados cada vez los maneja más la pequeña burguesía, que genera eventos para pagar su “casita cultural”, que no devuelven nada a la comunidad. Así que es difícil salir a hacer mis temas donde el rap es simplemente música ajena (como si el indie no lo fuese). Por eso agradezco a lxs compas artistas y amantes del arte que gestionan espacios sin importar el género ni nada, nos hace fuertes pero nos cuesta trabajar colectivamente. Pero la verdad es que cada una de esas experiencias nos desapega del ego boludo que portamos por ser hijxs de este sistema patriarkal, de competencia bestial... SALU POR LXS KOMPAS KE ORGANIZAN TOKES PARA KOMUNIKAR, PARA LA FAMILIA, PARA EL KOMPAÑERO DETENIDO, ETC...

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Con la mayoría, sin ellxs no podría existir artísticamente, cada jam, cada tonada, cada damajuana abierta, cada toque, cada lanzamiento de discos, cada evento…, agradezco profundamente a mis colegas por mostrarme mucho más de lo que uno cree que existe.  Solo puedo decir que los símil de Agapornis (choreo burgués descarado) son lxs únicxs con los que no siento ni empatía ni nada.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
100pre, jajaja… A cada momento hay un chispazo de re-significación. Si eso no es identidad, entonces no sabría responder la pregunta.

¿Un disco?
Brigadistak Sound System,  de Fermin Muguruza.

¿Una canción?
“Plegaria a un Labrador”, de Víctor Jara.

¿Una frase?
“Nunca Jamás perder la ternura”.

¿Un espacio?
La esquina de la casa de mis viejos. 

¿Con quién continúa la serie?
El maestro Fabricio Pérez →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “LO ÚNIKO KE TENGO”

miércoles, 24 de agosto de 2016

#66 - Creo que nunca estamos solos, siempre en cada nota o cada pasaje musical hay algún maestro

Fabricio Arturo Carbajal
San Juan.



¿Qué te acercó a la música?
Mi acercamiento a la música surgió como una necesidad para poder llevar a cabo interpretaciones folklóricas legítimas y fieles. En mi adolescencia tuve un acercamiento importante con la danza folklórica y siempre me llamó la atención la música que interpretaba desde la danza, sentía curiosidad sonora, era un mundo gigantesco, y me sumergió la música en un mundo mágico, pudiendo de esta manera ser parte de las obras que se interpretaban desde otro lugar, aportando y enriqueciendo la puesta en escena en vivo.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Como mencioné anteriormente, tuve mis primeras incursiones haciendo la música en vivo de algunas obras  folklóricas de academias de danza e institutos folklóricos de danza. Luego, y con el paso del tiempo, pasé por proyectos musicales folklóricos. Uno de los más importantes fue el Grupo Alquimia Cuyana, donde interpretábamos música de los pueblos latinoamericanos, y esta fue una etapa muy enriquecedora en mi vida musical.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Siempre trato de que la composición me lleve, a veces lo que me sugiere alguna melodía que ronda en mi cabeza y otras veces desde la letra o lo que tengo ganas de decir. A partir de una idea base, voy desarrollando.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Creo que todos los momentos compositivos son muy importantes, porque son los caminos que transitamos y nos enriquecen, el dejar fluir lo que nos pasa por dentro es lo importante, por eso pienso que el camino para el compositor es más importante que llegar al final de una canción.

¿De qué hablan tus canciones?
Mis canciones hablan de terruño, hablan de gestos, de encuentros y desencuentros. Trato de reflejar paisajes, lugares, sentimientos encontrados y todo lo que me pasa por dentro.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Espero que sean escuchadas, disfrutadas, recomendadas, difundidas, me gustaría que sean compartidas y que ayuden para alguna necesidad inmaterial, la idea es compartir sin buscar algún rédito económico...  Solo que lleguen a muchos oídos.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Creo que nunca estamos solos, siempre en cada nota o cada pasaje musical hay algún maestro, algún amigo o un montón de gente que acompañó de alguna u otra manera este camino musical que elegí. Están reflejados allí.

¿Cómo ves la escena musical?
La escena musical creo que está yendo a lugares que tienen que ver en la actualidad con la comunicación. Y al hablar de comunicación debemos tener en cuenta que a medida que el tiempo pasa, algunos soportes van quedando obsoletos, por lo que siempre hay que buscar la forma de llegar a la gente. Y, hoy por hoy, las redes sociales y los medios informáticos  son los que regulan esa parte, que tienen el protagonismo para llegar a la gente. Obviamente, convengamos que en la mayoría de los casos ya los artistas, para conseguir estar actualizados, necesitan de productores artísticos, mánager, sello discográfico, en fin... Muchísima gente que interviene, quiere decir que ya el artista no se vale por sus temas y su talento, sino que también necesita de mucha gente. Y eso en algunos casos no es muy beneficioso para el artista que compone, ya que si no existe el recurso para poder solventarlo, el camino se vuelve un poco más pesado. Pero creo que no es algo que condicione en gran magnitud. También existen los proyectos musicales auto-gestionados e independientes, con menos presupuesto pero con más corazón y humanidad, y eso es más enriquecedor, porque te mantiene siempre actualizado.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Siento mucha empatía con los músicos que comparten su arte con el corazón.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Sí, por supuesto, en mi región, que es Cuyo, la tonada es lo que nos define musicalmente. Quizás, también, y haciendo un análisis más específico, creo que los ritmos Ternarios son los que nos identifican, por cómo están plasmadas en la mayoría de los ritmos folklóricos de esta región, lo que no quiere decir que hoy, en la actualidad, no haya ritmos binarios que hagan su base en estas tierras y se queden para enriquecer el acervo cultural de este lugar.

¿Un disco?
Tinto, de Orozco Barrientos.

¿Una canción?
“El buen lugar”, Jacinto  Piedra.

¿Una frase?
“La esperanza dispone de muchos terrenos baldíos”,  O. Girondo.

¿Un espacio?
La montaña.

¿Con quién continúa la serie?
Tutto Tinta →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “LABULLAPRO”

martes, 16 de agosto de 2016

#65 - Ese momento donde se es todo

Federico Olguin
San Luis



¿Qué te acercó a la música?
Tenía ocho años y el ambiente en la escuela primaria de aquel barrio gigantesco se había vuelto muy hostil, lo que me llevó a una actitud muy marcada de introspección. Al parecer, mi profesora de música pudo ver esto y decidió darme el regalo más bello que podía existir; me incluyó en su coro, y pude pasar la primaria cantando y preparando repertorios para luego hacer presentaciones, jugar mientras en las demás aulas se llevaba a cabo el exterminio de la niñez. Nunca más dejé de vivir de ese modo.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Mis primeras incursiones fueron los himnos patrios que la escuela le exigía a nuestra profe de música. Las canciones que inventaba en idiomas inventados, y el repiquetear de algunos versos folclóricos que resonaban tímidamente en mi interior; semillas que mis parientes tonaderos nos dejaban  -tal vez sin saber- como si fueran ventanas o escaleras para llegar a esos lugares donde nos esperan nuestros ancestros y nuestros verdaderos nombres.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Mi metodología es, a grandes rasgos, por un lado, la constancia en el ejercicio físico del instrumento, estudio de la técnica, tanto en el contrabajo como en la guitarra, mis  dos amados instrumentos; por otro lado está el trabajo de investigación que hago desde la guitarra, es en este punto donde la búsqueda de interpretación y creación se encuentran. Cada canción, cada obra que estudio me invita a buscar mi palabra, mi melodía, mi ritmo, una fuente de vida donde meto mis manos y lo que recojo es infinito, como la raíz.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
El momento más placentero es el que se da en el dialogo con otro músico, esa charla afectiva que habla del presente que también es pasado y futuro, lo que fue y lo que será en ese momento donde se es todo. Pero también hay un momento al cual me quiero referir rápidamente, ese momento de soledad en el que cada acorde y melodía van sanando, paso a paso, los dolores más profundos, ese momento de auto-sanación. 

¿De qué hablan tus canciones?
Mis canciones quieren hablar de mi tierra, que es mi gente, que es mi historia, pero también mis canciones quieren decir el festejo, los ríos donde el niño se vuelve verdaderamente niño, las calles que son la prolongación de un cielo hostil y maravilloso, mis canciones dicen cuanto he sido amado y odiado también.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Espero que mis canciones sigan viviendo con la humildad de una pequeña planta, creciendo con cada nuevo día y muriendo también, renovando ese trocito de tierra que ha habitado, nutriéndolo.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Como contrabajista siempre dependí de una banda para poder decir, paralelamente -como conté más arriba- fui investigando desde la guitarra un montón de autores, principalmente peruanos. Eso me fue llevando nuevamente al folclore de mi tierra, la música cuyana. Así, con el pasar de los años, me encontré con que tenía un montón de repertorio. Fue entonces que convoqué a un gran artista y amigo, Juan Ponce, para que me acompañara en una presentación que decidí realizar desde la guitarra, mostrando ese trabajo que se fue gestando casi sin querer en la intimidad. Fue en ese momento que comprendí que ya  podía desarrollar otro tipo de trabajo muchísimo más personal e intimista.

¿Cómo ves la escena musical?
Me referiré a la escena musical aquí, en San Luis. Para los cantautores cada día es más difícil salir a mostrar su trabajo, están desapareciendo una a una las salas donde se podía mostrar este tipo de trabajo, una falta total de conciencia sobre las condiciones laborales que tenemos que soportar los músicos en general, de parte de la comunidad, han abierto el juego a los especuladores que buscan obligarnos a trabajar gratis. Esto generó que nos fuéramos juntando, generando nuestros propios espacios y animarnos a seguir componiendo y grabando. Es por esto que creo que cada vez más gente arma bandas, compone canciones y se junta para poderlas compartir.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Me siento muy emparentado con músicos de búsqueda popular, que son respetuosos con el oficio y las personas, que buscan, aprenden con la mayor humildad, que encuentran tanto en el jazz como en la tonada un saber valiosísimo. Puedo decir con mucho orgullo que muchos de esos músicos a los que me refiero son mis grandes amigos, con los que comparto cotidianamente no sólo la música sino también la claridad y la oscuridad de esta región que habitamos, y de esta vida que transitamos.  

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
A raíz del descubrimiento de la música peruana pude resignificar la música cuyana, es desde ahí de donde avanzo, con la alegría de encontrar la música que amo en cada taxi que me tomo, en la radio de cualquier kiosco, en el aire.

¿Un disco?
Un disco importante sería Paladines de la música de cuyo, del dúo Alfonso y Zabala.

¿Una canción?
“Al cimbrar de la vida”, de Félix Dardo Palorma.

¿Una frase?
“En este dulce vals se queda el alma prisionera, en el primer compás el sentimiento abre una huella”.

¿Un espacio?
El rio y el desierto.

¿Con quién continúa la serie?
Fabricio Carbajal  →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “MONTE Y TIERRA”, DÚOSUMERGENTE.

miércoles, 10 de agosto de 2016

#64 - Estar solo con tu guitarra no implica necesariamente ser solista

Roberto Tosi
San Luis.



¿Qué te acercó a la música?
Crecí en un hogar lleno de música y la admiración por mi abuelo hizo, en principio, que me acercara a ella. Mi abuelo materno, cantor cuyano, fue el primer referente, pero junto a él, mis hermanos y fundamentalmente mi viejo. Si bien no era cantor, siempre estuvo vinculado a lo cultural, y de su mano conocí a artistas comprometidos con la realidad social. Esto fue lo que más influyó en mí y paulatinamente mi obra tendió hacia ese estilo. Viajando con mi viejo conocí la música de Cafrune, Facundo Cabral, José Larralde, Atahualpa Yupanqui, León Gieco, entre otros grandes que admiré desde siempre. Me acercó a la música, también, la necesidad de decir, de contar, de trascender al hecho estético, con el fin de comunicar una idea, un concepto. Resumiendo, me acerqué a la música por tradición familiar, por admiración hacia artistas comprometidos y por la necesidad de comunicar.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Me inicié casi de manera autodidacta, robando acordes de los cantores de mi pueblo y de viejos libros de guitarra. Luego me animé a cantar en las reuniones familiares, en la escuela, para seguir posteriormente en peñas y festivales de pueblos del norte de San Luis. La necesidad de componer ya estaba en mí en ese entonces y practicaba inventando letras para las melodías de las canciones que me gustaban. Después, ya con otros recursos, comenzaron a nacer las canciones propias que paulatinamente fui cantando cuando tenía alguna oportunidad. Los primeros pasos también los di junto a mi hermano Sergio, con quien armamos un dúo y nos fue muy bien. Luego por razones de salud él no pudo continuar y yo bajé los brazos. Continué luego de algunos años como cantautor solista retomando así el camino.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
No tengo una metodología definida de composición. Por lo general, hay una necesidad de expresión ante un hecho, una situación, una injusticia, un sentimiento. Luego aparece una melodía y en la mayoría de los casos surge la poesía, la letra. La inspiración aparece en momentos inesperados y las canciones se resuelven de diversas formas en mi caso. Me ha pasado de andar tarareando una melodía por años y de un momento a otro apareció la letra. Otras veces, he escrito canciones en un rato. En definitiva, no tengo una explicación concreta, una certeza de cómo componer, simplemente surge y fluye. En cuanto al trabajo sí hay un método organizado temporalmente. Varía entre ensayos y reflexiones según la necesidad.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Es difícil responder esta pregunta ya que la música y su proceso son placenteros desde donde se los mire. Siento mucha felicidad en el proceso creativo de una canción y cuando finalmente éste concluye. Cuanto aparece una melodía, una idea, una estrofa, un arreglo, siempre viene de la mano de la satisfacción. Pero es un espacio de soledad y como todo proceso comunicativo, la música debe compartirse. Entonces aparece otro de los momentos placenteros cuando canto mi canción ante alguien, ya sea en el entorno familiar, con amigos o bien en un escenario. Desde hace algunos años trato de cantar sólo mis canciones, porque considero que en ellas está mi esencia y los sentimientos más profundos que tengo para ofrecer. Cantarlas es también muy placentero.

¿De qué hablan tus canciones?
Todas tienen un profundo vínculo social. En muchas de ellas está la historia de personajes cotidianos que, si bien no salen en la tapa de los diarios, construyen la nuestra día a día con pasión y compromiso. Mis canciones hablan de eso, de las pequeñas historias que conforman la historia real. Hablan de los bailarines y cantores desconocidos, de rostros invisibles, de manos sin privilegios, de exilios, de amores, de sueños y utopías, de las construcciones que nacen en campos y barrios; intentan vincular la memoria con la actualidad, indagando entre los dolores y los amores de la gente y mis propias emociones.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
En principio poder compartirlas. Cada vez que esto pasa, ya dejan de ser de uno y es muy difícil saber qué emociones transitarán en el otro. Siempre tengo la esperanza de que sean significativas para alguien; siempre las sueño libres para que tomen el rumbo que deseen más allá de lo que en algún momento yo pueda esperar de ellas. 

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
Creo que desde el inicio fui solista, entendido esto como aquel que no es acompañado por nadie. Las cosas más lindas de la música las viví solo con mi guitarra. A veces no te das cuenta y lo estético te envuelve, entonces pensás que es fundamental armar una gran banda. Pero con el tiempo comprendés que lo importante es el mensaje que transmitís. Estar solo con tu guitarra no implica necesariamente ser solista, porque vienen con ella las historias del camino, los amigos, los amores, las ideas, en fin, la vida. Entonces, la idea de solista se transforma en relativa.

¿Cómo ves la escena musical?
Compleja, al menos en mi entorno.

¿Con qué músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Hay algunos artistas que admiro y si bien soy solista creo profundamente en la oportunidad del trabajo colectivo. Como te dije, veo a la escena musical compleja y esta situación lo es también para las demás artes. Entonces siento injusto nombrar sólo a músicos porque me siento emparentado con actores, narradores, poetas, artistas plásticos, etcétera, que se esfuerzan por transmitir con creatividad una visión de lo que pasa en nuestra comunidad. Siempre que puedo, comparto espacios con ellos. Actualmente, por ejemplo, realizo junto a un amigo escritor y bailarín (Javier Bautista) una propuesta de música y relatos que denominamos Entre Historias y Canciones. Dentro de ella también aparecen en escena pinturas de artistas puntanos y espontáneamente suelen participar bailarines y el público. Me siento emparentado con todo aquel que se anima a expresar desde el arte lo que siente y piensa.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Hay una identidad musical en Cuyo, muy clara, relacionada con lo tradicional, el culto a la amistad, al paisaje,  y se reduce a tres géneros específicos: gato, cueca cuyana y tonada, por ahí algún vals. Desde lo discursivo y lo musical se ajusta a estos parámetros. Admiro a los artistas de mi entorno, y si tuviese que nombrar a uno diría que José Luis Aguirre reúne la identidad o el estilo con el que me identifico. Por haber pasado mi infancia y mi adolescencia en el norte de la provincia de San Luis, entre el límite con Córdoba y la Rioja, lo que hago en relación al folklore incluye otros géneros que me alejan de la postura tradicionalista ortodoxa y me vincula a Traslasierra y la Rioja con el aporte sanluiseño y cuyano que puedo dar. En lo discursivo me pasa lo mismo, la identidad que busco trasciende al paisajismo y se apoya en lo social, y esto implica al mismo tiempo a la universalidad. Me resisto a pensarme desde una frontera territorial o cultural.

¿Un disco?
Corazón de tinta, de Jaguar poeta urbano (Ricardo Corona).

¿Una canción?
“Más de cien inviernos”, de José Luis Aguirre.

¿Una frase?
Me gusta una frase que es parte de un poema que escribí para el patio de la Pirincha, inspirado en una fotografía de Federico Del Prado: “Somos caminos, nos definen las distancias.  Somos humanos, nos define el corazón”.

¿Un espacio?
El mundo.

¿Con quién continuamos?
Con Federico Olguín →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “EL DUEÑO DE LAS PALABRAS"

miércoles, 3 de agosto de 2016

#63 - No solo el maldito YO

Jaguar Poeta Urbano (Ricardo Corona)
San Luis



¿Qué te acercó a la música?
El entorno familiar, en casa se escuchaba de ópera hasta folclore.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Escribiendo mis primeros versos, a partir de sexto grado, pero jamás imaginé que algún día podría llevarlo al campo musical.

¿Tenés alguna metodología de composición y trabajo?
Bueno, la verdad que no, a veces compongo desde el sentir propio, o narrando una historia tan solo frente a la hoja, o simplemente me dejo llevar sobre alguna instrumental (beats) y dejo que fluya la musa…

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?    
Tengo dos momentos: uno, cuando logro hacer catarsis sobre el papel; dos,  al salir de la cabina de grabación y saber que la canción suena y trasmite lo que quiero y como lo quiero comunicar.

¿De qué hablan tus canciones?  
De todo, pero como hago HIP HOP Conciencia, generalmente de historias, criticas, Dios o llámese energía, etc. 

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Simplemente que la gente reflexione, se tome un minuto de su vida para leer SU ENTORNO  y no solo el maldito YO, el sistema capitalista que lo lleva a consumir innecesariamente y el tiempo que lo va condicionando…

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
En el género del rap, en año 1992; bailando como B-boy, viendo a Vanilla Ice, Mc Hammer, otros, y en Argentina a Jazzy Mel, copiando coreografías de todos ellos. Me llamó la atención la coordinación con la que bailaban y una mistura de ritmos totalmente nuevos. Como cantautor de rap, en 2012, con mi primer disco, Corazón en Tinta. Pero venía de hacer en varios escenarios recitados poéticos en ámbito del folclore, hasta que encontré la fusión de ambos y lleve la poesía HIP-HOP. 
¿Cómo ves la escena musical?
No la veo bien, en mi género quien desea PLATA se vuelca de lleno a hacer reggaetón, y quien no lo hace, escribe con letras cargadas de bastante violencia. Pero por suerte y como todo, no es en todos los casos. Amén que tampoco se utiliza para ser bailada y eso también es en algún punto negativo, se consume para ser escuchada principalmente.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Movimiento Original (Chile), Núcleo (Argentina), El flako (Argentina), Darío Coccimaro (Argentina), Mcklopedia (Venezuela), Apache (Venezuela) y Cancerbero (Venezuela), entre otros.  

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
No, porque creo que cuanto más copian “mirando al norte” creen que es mejor… Yo me identifico o consumo más recitado o folclore argentino: José Larralde, Cafrune, etc. O reggae nacional o latinoamericano, que lo que escucho de rap. Aclaro porque en el punto anterior no pude explayarlo.

¿Un disco?
Teorema 2011, de Movimiento Original (Chile).

¿Una canción?
“Cuando nada me quede”, Mcklopedia (Venezuela).

¿Una frase?
“Todo se halla dentro de ti”, Jaguar Poeta Urbano.

¿Un espacio?
La naturaleza.

¿Con quién continúa la serie?
Roberto Tosi →

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: “SOBREVOLANDO MARES”