miércoles, 16 de marzo de 2016

#43 - Cuando dejé de esperar, mis canciones volaron

Francisco Allende
Serrezuela, Córdoba






¿Qué te acercó a la música?
Tener un padre músico fue lo que me llevó de a poco a amar la música. Y luego, tener la posibilidad de elegirla como camino de vida, ya que hoy soy docente de Educación musical, repartiendo mi tiempo entre clases y componer, cantar en peñas, eventos, etcétera.

¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Mis primeras incursiones con la música fueron desde muy pequeño, ya que con dos o tres años mi madre me llevaba al coro de la iglesia del pueblo donde vivíamos y cantar se transformó en mi modo de vida a partir de ahí.

¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Es una buena pregunta, aunque me surge decir que componer o crear canciones fue una bomba que explotó en mis manos. Siempre comienzo con la palabra como motor, pero no siempre es así, la poesía para mí está primero, aunque casi siempre viene con música. El método y la práctica han ido apareciendo con el tiempo, sumando practicidad y vuelo a lo que explota como idea inicial.

¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
Hay muchos momentos placenteros, como también los hay amargos en el proceso musical, aunque si tengo que elegir, el momento es cuando estoy al frente del público con mi guitarra cantando lo que siento.

¿De qué hablan tus canciones?
Mis canciones comenzaron hablando de la nostalgia del desarraigo, atraviesan muchos costados sociales de la vida del hombre del noroeste de Córdoba y van de a poco sonriendo a la maravilla de vivir en este lado del mundo, con sus paisajes, amores, luchas y esperanzas.

¿Qué esperás que pase con tus canciones?
Antes esperaba algo de las canciones… y cuando dejé de esperar, mis canciones volaron y siento que es un hermoso regalo saber que muchas están volando por el mundo mientras sigue saliendo luz y oscuridad desde lo profundo de uno mismo.

¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
He compartido con muchos amigos el camino musical, interpretando a muchos autores que amo. Cuando comencé a mostrar una mirada personal del mundo nació mi proyecto solista, que igualmente sigue acompañado de grandes músicos y poetas.

¿Cómo ves la escena musical?
Hoy el músico se cansó de esperar. Desde la autogestión se han logrado grandes miradas sobre la belleza del mundo y eso ha enriquecido a muchas personas que cada vez miran menos al mainstream musical reinante en los medios y en los grandes festivales.

¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Uno tiene como maestros y referentes a muchos grandes artistas, pero no quiero dejar de nombrar cantautores e intérpretes como Ramiro González, José Luis Aguirre, Paola Bernal y muchos otros que han decidido la independencia musical, alumbrados por un talento musical y poético gigante.

¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
Cuando me doy vuelta y miro mi entorno, sé que las personas que nombro y enriquecen mis canciones hacen que mi identidad musical se vea reflejada en ellos, que nos son más que el espejo donde uno encuentra las emociones que canta luego.

¿Un disco?
Gajito e luna, de José Luis Aguirre.

¿Una canción?
“El ojo de la tormenta”, de Ramiro González.

¿Una frase?
“Uno debiera ser el ojo de la tormenta, abeja en la corola de cuanta flor abierta, el lado sigiloso de una fuerza secreta que guarde en el sosiego la paz pa´ quitar penas”, “El ojo de la tormenta”,  Ramiro González.

¿Un espacio?
El monte.

¿Con quién continúa la serie?
Ramiro González, cantautor riojano 

EL MÚSICO POR SU CANCIÓN: "GUADAL"

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